Queridos glotones!
Aquí os traigo un nuevo sitio en Madrid que lleva apenas unos pocos meses abierto y situado en pleno barrio de Salamanca - en la ficha teneis todos los datos.
El fin de semana pasado estuvimos en la Ermita del Pintxo con dos buenos amigos, y gracias a su sugerencia!
El restaurante tiene una pequeñita terraza en Príncipe de Vergara, aunque puede que sea más confortable el interior, como luego os contaré y es claramente un restaurante vasco, aunque con unos toques para nada tradicionales que hacen que probarlo sea, al menos, interesante.
Como suele ser habitual cuando sales con amigos a cenar, lo mejor es pedir varias cosas al centro para probar de todo un poco, así que eso fue lo que hicimos, empezando por una Ensalada Templada de chipirones con cebolla confitada, crujiente de bacon, mozzarela y crujiente de puerros:
La mezcla de la mozarella con los chipirones, muy acertada, así como las tiras del puerro, crujientes y muy ricas. Una ensalada novedosa y muy interesante.
Para seguir, unos champiñones rellenos de cebolla caramelizada y foie con crema de puerros, otra vez con el puerro como parte del plato, aunque la estrella del plato, para mi gusto, es claramente el champiñón, sabroso de verdad.
Después, una de las recomendaciones fuera de carta (por las que os recomiendo que preguntéis si vais, porque tienen algunas ideas novedosas y muy interesantes), son las Croquetas de txangurro:
Todo un descubrimiento y según un norteño de pro como Borja, posiblemente el mejor plato de la noche, con un sabor exquisito.
Y como no podía ser de otro modo, una carne para terminar el tapeo, Presa ibérica sobre cama de boletus con crema de foie, la presa bien hecha, pero lo que se lleva la palma, sin ninguna duda son los boletus (obviamente este también es un plato fuera de carta porque los boletus son de temporada).
Todo regado con un Mar de Frades, aunque para mi gusto demasiado caro. Soy un gran fan de este vino en concreto pero desde mi punto de vista no vale los 25 euros que nos cobraron por una botella; para eso habría seguido con un Martinez Lacuesta blanco, denominación Rueda, con el que empezamos el aperitivo, con un precio más asequible. Mi pregunta es, por qué se han subido tanto a la parra con los vinos gallegos?
Y por último los postres:
Brownie de dulce de leche con chocolate blanco fundido sobre el helado de vainilla, rico, pero para mi gusto nada del otro mundo:
Y Tatín de manzana con helado, muy muy logrado y para mi gustó el mejor de los dos postres con diferencia.
Y luego un gin tonic de Brockman's, para revivir el gusto por la tónica (que no del gin) de nuestra amiga Patri después de cierto incidente en Asturias.
En resumen, un restaurante interesante, con una atención cuidada, y con un buen precio (Aprox. 35 euros por persona con el gin tonic). En el apartado de peros, la terraza, que pegada a la calle en una calle de tanto tránsito, ocasiona situaciones como esta:
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