Queridos glotones,
Escribo esta entrada para contaros mi última vista gastronómica, de esta mañana, aprovechando que en Madrid es un día de fiesta. He estado en un sitio al que suelo ir de vez en cuando ya que me gusta bastante sobre todo por la calidad de los pescados y mariscos que tiene, el Gran Barril (el de Goya, sé que el Grupo Oter tiene otros "Barriles" por ahí, pero por diversos motivos es el que más a mano me queda).
La comida en esta ocasión ha estado muy influenciada por el plato principal, que en este caso ha sido un arroz, por lo que no hemos pedido más que un entrante, unas flores de alcachofas a la parrilla con escamas de sal:
Como amante de las alcachofas que soy, diré que estaban bastante buenas y pese a estar cocinadas a la parrilla seguían bastante jugosas, mérito del chef, claro.
Y después, como os decía, un arroz marinero (en otros lugares se conocen con otro nombre, como a banda, pelado o del senyoret) cuya ventaja principal es que no hay que mancharse las manos, y, de hecho, así lo anuncia el propio restaurante en su carta.
A pesar de que no se trata del mejor arroz que he comido, así de repente se me ocurren 3 o 4 que están mejor, la verdad es que es un plato más que aceptable y con el que siempre podemos quedar bien, porque lo hacen bastante bueno (si no recuerdo mal llevaba gambas, rape y calamar).
Y a pesar de que no estaba en la comida de hoy, no quiero dejar de enseñaros cuál es mi plato favorito en este sitio, la bandeja de zamburiñas al albariño:
En este caso, como fan también de las zamburiñas, sí que podría decir que se encuentra en mi top 3 de sitios para comerlas. Vienen sin mucho condimento, un toquecito de cebolla y perejil, y el albariño con el que las riegan y están escandalosamente buenas.
Esto lo hemos regado con una copita de vino blanco (por eso no pongo la botella) y sin postre, que estamos cuidándonos un poquito.
El restaurante, como os decía, ofrece una muy buena calidad y siempre tienen buenos detalles, como los aperitivos antes de los entrantes (salpicón de pulpo en nuestro caso de hoy). Por ponerle una pega, diría que el ambiente puede llegar a ser muy ruidoso, al menos en la planta de calle, que es donde solemos reservar, cuando se llena del todo (y más si coincide la hora del aperitivo el fin de semana, ya que cuentan con una buena barra para ello).
Aquí os dejo la ficha de la visita:
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